
¡Qué difícil me es detectar lo que me hace feliz!
Creo saber que me hace feliz.
Siento que es fácil expresarlo. Pero no, no puedo verlo.
No puedo recordar si quiera cuando fue el último día que fui feliz.
Porque, tener un buen día, divertirte, pasarla bien es una cosa.
Pero ser feliz es otra.
Son tantas las cosas que creo que me hacen feliz.
Pero no se si realmente es así, me parece, mas bien, que algunos de esos momentos en los que pienso, -para ver si logro detectar mi día feliz- en realidad fueron momentos en los que me conmoví, pero eso no es ser feliz.
Me conmueve, por ejemplo: una manifestación, una persona bailando murga o tocando el bombo, el grito de lxs orpimidxs a todo aquello que le quita la libertad, me conmueven los cuerpos cuando se reconocen y se encuentran, me conmueven los pueblos organizándose, me conmueve el arte.
¿Pero que me hace feliz? Y sobre todo,
¿Qué hace que no pueda detectar lo que me hace feliz?
Quizás, lo que me hace feliz son cosas tan pequeñas
que por eso me cuesta identificarlas.
Mientras pensaba en que me hace feliz me puse a transplantar plantas y a reordenarlas en la ventana de mi cuarto que da al patio común del edificio donde vivo. Como vivo en un dos ambientes en pb no tengo demasiado espacio dentro de mi casa para tener plantas. Me encantan las plantas, quisiera tener más. De hecho, soy de esxs que cuando te visitan te riegan las plantas, y te cagan a pedos si a alguna le falta o le sobra agua, no me puedo contener.
Como a mí me falta espacio y luz, me vi obligado a usurpar un poco de espacio del patio del edificio para poner mis plantas, cosa que a algunxs vecinxs de esxs que tienen muchas ocupaciones y su vida es muy interesante les molesta, porque las plantas ensucian y ellxs que viven en los pisos de arriba, ni siquiera tienen un pequeño patio interno, me dijeron que debía sacar las plantas de ahí. Por esta razón me las tuve que rebuscar para poder colgar muchas de ellas en la ventana. Eso sí está permitido. De la ventana unx puede colgar lo que le de la gana, y de este modo no tuve que deshacerme de ninguna de mis plantas.
Cuando terminé la tarea me di cuenta que en ese momento fui feliz. Soy feliz pasando tiempo con mis plantas. Creo que debe ser, porque me recuerda un poco a la casa donde viví cuando era chico, una casa chorizo donde también vivían mis abuelxs que tenían muchas plantas, les encantaban las plantas. Cuando era chico quería cuidar las plantas como hacían ellxs, pero en lugar de limpiarlas hoja por hoja, arrancaba hoja por hoja dejándolas peladas; yo creía que estaba haciendo bien la tarea.
Cuando era chico también miraba muchos documentales, con ellos aprendí que las plantas producen oxigeno, limpian el aire y posibilitan la vida de las personas y de los animales. Por eso, desde ese momento empecé a una lucha silenciosa contra la contaminación, buscando siempre donde poner más plantas que permitan vivir con el aire más limpio, que haya más vida y de este modo también derrotar a las malditas corporaciones y vehículos contaminadores. Si, quizás si plantamos muchas, muchas plantas, vencemos al capitalismo y todxs seriamos felices.