
Gracias a Dios, a la Vida, a mi mirada, tengo mucha felicidad: la “risa de Papá Noel” de Juan Carlos; el visor de mi teléfono con el nombre de un amigo que me llama; mis plantas, sus flores, sus brotes; mis perros y sus miradas y monerías; las lagartijas; Calamaro; Lalo y Maju cuando se juntan con Ronnie; el Puerto de Frutos; el mar... Podría seguir y seguir. Pero nada puede compararse con mi vida con Nahuel: su llegada, su charla, sus abrazos. Quiero verte tan feliz como me haz hecho desde que supe que venías. Y más. Toda toda toda La Felicidad para vos. Porque va a ser tuya!