El equipo de mis amores
Yo juego al fútbol en un equipo
Que siempre juega al límite.
Y no es ni cuento ni verso,
Este equipo es a lo normal o común, su reverso.
Tiene, si, un arquero que es una maravilla,
Se desliza de palo a palo
Cuando baja de su silla.
Un delantero de gran potencia
Que usa gafas
Que cuando acierta al arco nadie la ataja.
Otro que a los saltos anda
Y lleva en la mano un pañuelo
Con su estilo, le da al juego
Un especial vuelo.
Una vez la metió de cabeza
Yo lo vi y tengo testigos
Pa’decir lo que digo
¡golazo de cabeza!
Ese dia fue como ponerle
Al postre, la cereza.
Y también hay jugadores que serpentean la cancha
Otros que la reptan a sus anchas.
Hay quien la camina siempre a punto de caer
Y desafiar la gravedad es, para con el equipo,
Su deber.
Y también, para no ser menos,
tenemos un referí bastante amañado
dirige siempre sentado, como cansado
pero cuando se enoja
revolea por igual la amarilla o la roja.
Qué? Le parecen raros estos futbolistas?
Quizás sea su mente la que no está lista…
Hay que mirar desde otra perspectiva
No todos se mueven igual en esta vida.
Ellos jamás jugarán en Boca , River , San Lorenzo…
Alpiste!!!
Y si la vida no les da revancha
Será de ella el despiste.
Ellos , igual , seguirán jugando al límite.
Siempre, siempre, al límite.
Sus fuerzas al límite,
Sus equilibrios al límite,
Sus destrezas al límite,
Sus alegrías y tristezas al límite,
Sus miedos ( y los nuestros ) al límite.
Por ello, cada mañana
Cada partido jugado,
Ya lo tienen, por goleada , ganado.
Y yo que jugando con otros
Me daba mucha lata,
Me veo ahora como un malapata
Qué quién soy?
A esta altura del relato no se percata?
Le respondo: yo por bautismo de ellos
Soy el profesor Suricata