
La felicidad es un lugar macerado por la espera.
No nos conocíamos. Iba a entrevistarlo para el diario. Pero los mails crecían, a 750km de distancia. Dos por día, a veces más. Pasamos un mes escribiéndonos. Le envié una letra, entre todo lo que le envié. Al día siguiente me respondió con un archivo de sonido.
Play: una canción hecha por los dos, sonando en modo repetición por horas en los parlantes de mi computadora. Ensamble. Voy a detenerte en el exacto instante en que quieras verte y me veas a mí.
Nunca hicimos la nota.