Mi día feliz
Desde que tengo uso de razón, recuerdo que escribo.Me expreso mucho mejor redactando, que oralmente.Fui a muchos talleres literarios y hasta con un amigo, llegamos a dar forma a unainteresante novela.
Luego me enfermé.
Quería contar lo que me pasaba, pero estaba tan desesperada, que las ideas se memezclaban con las lágrimas, la tinta y el papel mojado.El resultado era un bodrio.Pensé que nunca más lo lograría.
Tuve paciencia, creo que también tuve valentía e inicié el tratamiento.
Cuando conseguí negativizar mi HIV, pude escribir un cuento, lleno de hermosasmetáforas y mucha fantasía.Lo leyó mi médica, dijo que la sorprendí por la calidad del relato.Me alentó a seguir escribiendo y lo hice.Un año después llega a mí la noticia que la Fundación Huésped y la Secretaría deCultura de la Nación, organizaban un concurso, en diferentes ramas del arte, inclusoliteratura, de obras que estuvieran relacionadas con mi enfermedad.Mandé mi cuento “Con el Dragón en la Sangre” y gané el primer premio.
Ese fue un día de increíble felicidad.
Pero no sólo, por haberme ganado una notebook y haber sido reconocida.Si no, por que pude lograr transmutar lo malo en bueno, la enfermedad en arte y eldolor en éxito.