Hay un momento en que la gente que querés mucho se empiezaa desarmar y no sabés qué hacer.
Mi abuela Inés, que desarmó y armó muchos cuerpos, para curarlos, se había empezado a desarmar un poco.Pero hoy descubrimos que armando rompecabezas las dos juntas se puede tener un día feliz.Y ella, que me ayudó a jugar cuando era chiquita, hoy juega conmigo.